GOVERMMENT CLOSED: El cierre del gobierno federal de EEUU entra en su segunda semana.-
10 DE OCTUBRE DE 2025.- WASHINGTON — Las visitas al Capitolio se han detenido. La Cámara de Representantes mantiene sus puertas cerradas, mientras el Senado repetía el miércoles su bucle de votaciones fallidas sobre proyectos de ley contrapuestos para reabrir el gobierno. El presidente Donald Trump amenaza con despedir en masa a trabajadores federales y negarse a pagar los salarios atrasados al resto.
No hay negociaciones, al menos públicamente, en marcha, pero tras bambalinas, las señales de conversaciones discretas son evidentes. Grupos de legisladores, republicanos y demócratas, se reúnen en privado, buscando formas de salir del estancamiento, lo cual depende de llegar a un acuerdo para preservar los subsidios de atención médica. Las señales de incomodidad son evidentes, ya que los militares están a punto de perder sus cheques de pago, los vuelos se retrasan en aeropuertos de todo el país y los programas federales son interrumpidos.
Dos destacados republicanos, la representante Marjorie Taylor Greene de Georgia y el senador Josh Hawley de Missouri, se han distanciado de su partido, diciendo que hay que hacer algo para ayudar a los estadounidenses a pagar los próximos aumentos en las tarifas del seguro de salud. Al mismo tiempo, la estrategia de los líderes republicanos de convencer a los nerviosos demócratas de terminar inmediatamente con el cierre sin resolver el problema de la atención médica no estaba funcionando.
Los proyectos de ley en competencia, uno de los republicanos y otro de los demócratas, fracasaron nuevamente en el Senado.
Los republicanos, que tienen el control mayoritario en el Congreso, creen que tienen la ventaja política, mientras rechazan las demandas demócratas de financiar rápidamente los subsidios de seguro de salud como parte de cualquier plan para terminar con el cierre.
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, parece tan confiado que se prepara para responder preguntas en vivo de los televidentes en el programa de asuntos públicos de C-SPAN el jueves por la mañana. El miércoles se enfrentó a senadores demócratas fuera de su oficina.
Pero los demócratas también se han atrincherado, convencidos de que los estadounidenses están de su lado en la lucha para prevenir los inminentes aumentos de precios en la atención médica y culpan a Trump por el cierre. El discurso, lleno de improperios, del , encontró seguidores en las redes sociales.
Fundamentalmente, el debate gira en torno al asunto de la atención médica, que ha enredado al Congreso durante años, y en particular, la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA, por sus siglas en inglés), también conocida como Obamacare, que Trump intentó sin éxito derogar y reemplazar durante su primer mandato en la Casa Blanca.
El Congreso aumentó los subsidios federales que ayudan a la gente a contratar pólizas de seguro privado en el marco de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio durante la pandemia de COVID-19. La ayuda federal fue popular y aumentó la inscripción en la ACA a un récord de 24 millones de personas. Está previsto que esos subsidios mejorados expiren a final de año.
Los republicanos dicen que el Congreso puede abordar el problema del seguro de salud en los próximos meses. Los demócratas luchan para resolver el problema ahora, ya que la gente está recibiendo avisos de subidas de cuotas para el nuevo año.
Trump quiere un acuerdo sobre salud
Un grupo de senadores republicanos y demócratas ha comentado opciones para abordar el problema del seguro de salud.
Una republicana, l ha ofrecido su propio plan para iniciar las conversaciones. Implica reabrir el gobierno ahora, pero con un “compromiso”, dijo, de discutir el asunto de la atención médica.
Otra opción planteada por el senador republicano de Dakota del Sur y exgobernador estatal, Mike Rounds, es una extensión temporal de los subsidios por un año, y luego una eliminación gradual, aunque el líder demócrata de la Cámara, Hakeem Jeffries, ha rechazado la corta extensión como inviable.
Y el propio Trump señaló que estaba abierto a negociar con los demócratas sobre sus demandas para salvar los subsidios de salud. A principios de esta semana, el presidente dijo que las conversaciones ya estaban en marcha y que quería ” una gran atención médica” para la gente, solo para cambiar su tono horas después y decir que el gobierno debe reabrir primero.
“Hablé extensamente con el presidente ayer sobre ese mismo tema ”, dijo el presidente de la Cámara, Mike Johnson, sobre su conversación del lunes con Trump. “Y sí, él quiere resolver problemas”. El líder de la mayoría del Senado, el senador republicano de Dakota del Sur John Thune, ha dicho que puede haber un camino a seguir una vez que el gobierno reabra.
Muchas dudas y escasa confianza.-
Pero los demócratas argumentan que los republicanos no abordaron los subsidios de salud que expiran este verano cuando aprobaron la ley insignia de Trump, comúnmente conocida como la Ley del gran y hermoso proyecto de ley.
Los demócratas dudan que, dado que Johnson mantiene la cámara baja fuera de sesión legislativa y ha enviado a los legisladores a trabajar en sus distritos, los republicanos vayan a volver rápidamente al trabajo para resolver el problema de la atención médica.
“Decenas de millones de personas están a punto de experimentar aumentos drásticos en los costos del seguro de salud, ¿cómo es eso aceptable en el país más rico de la historia del mundo?” dijo Jeffries de Nueva York.
“Una crisis de salud se desarrolla ante los ojos del pueblo estadounidense debido a las acciones tomadas por el Partido Republicano, cuyos miembros están de vacaciones”, dijo.
Salarios perdidos para los trabajadores y más votaciones fallidas.-
Si bien los empleados federales a menudo han perdido salarios durante los cierres, y el primer período de pago llega la próxima semana, Trump amenaza ahora con eliminar el pago garantizado de salarios atrasados. Sería un cambio drástico respecto a lo normal. La oficina de presupuesto de la Casa Blanca, bajo Russ Vought, argumenta que la ley dice que el pago atrasado no es automático y que el Congreso tendría que aprobarlo.
Los líderes sindicales advirtieron a Trump que no usara a los trabajadores federales como “peones políticos” en la lucha política. “Y presidente, será mejor que empiece a obedecer la Constitución”, dijo Erwin.
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