De leyes, drogas y necesidades

por Sergio J. Stadius

Leyes son leyes pero por muy legales no siempre son correctas.. Nuestra sociedad se debate en una crisis que es internacional, pero me refiero a lo moral y no a la crisis financiera. Si estamos todos de acuerdo que el futuro de nuestra juventud es la esperanza de nuestra sociedad, no podemos permanecer impasibles ante su destrucción implacable en mano de quienes por un afán de lucro los entregan desguarnecidos al submundo de la droga.. En Argentina durante mucho tiempo nos creímos a salvo del flagelo, eso sólo pasaba en países del primer mundo que aparecían como los grandes consumidores, nosotros sólo figurábamos como lugar de paso…Como siempre la indiferencia cobró su precio y ante el no hacer de los argentinos adultos, el mercado de la droga se fue apoderando del presente de nuestros hijos: hoy hay una generación entera en peligro de perderse.

Como si fuera poco, ahora los jueces dictaminan que la posesión de cigarrillos de marihuana y otros nimiedades no son punibles  (supongo que hasta podrían sembrarse en una maceta), pero yo me pregunto ¿en donde estudiaron estos señores que ponen por delante el interés de un enfermo (al que no curan dejándolo que siga drogándose) que el interés prioritario de toda la sociedad…

En la Univers8idad del Sentido Común se hubieran dado cuenta que si no se penaliza el consumo, este aumenta porque ya no existe el miedo como último recurso de la contención, por otra parte facilita la venta de los vendedores ante un público cautivo mucho más «receptivo», y los libra de la cárcel con sólo llevar la mercadería en partidas chicas (sólo para consumo).

Y por último, y esto puede ser lo más grave, cuanto tiempo pasará hasta que algún adicto con un poco más de formación en leyes apele judicialmente, ya que el consumo es permitido ¿quién puede prohibirle reclamar por que se despenalice la venta, si yo tengo todo el derecho de adquirir aquello que me es otorgado por un juez, sin ninguna restricción de fiscales o policía?. En una palabra cuanto tiempo pasará hasta que el consumo de droga termine siendo de uso y costumbre, o incluso moralmente obligatorio. Será que a quienes detentan el poder siempre han preferido imperar sobre un pueblo embrutecido, incapaz de discernir sobre la distintas formas de sumisión. (¿El «pan y circo» de los romanos será el «fútbol y marihuana» de los argentinos?)