Política

Caso Nisman: Nueva Carta de la presidente Cristina Kirchner

NUEVA CARTA DE CRISTINA
La presidente Cristina Kirchner puso en duda este jueves que el fiscal Alberto Nisman, que la denunció por encubrimiento a Irán en la causa AMIA , se haya suicidado, pidió «mucha protección» para Diego Lagomarsino, el asistente que le entregó el arma al funcionario, y reclamó que se investigue a la custodia.

La presidente Cristina Kirchner puso en duda este jueves por la mañana que el fiscal Alberto Nisman, que la denunció por encubrimiento a Irán en la causa AMIA , se haya suicidado, pidió «mucha protección» para Diego Lagomarsino, el asistente que le entregó el arma al funcionario, y reclamó que se investigue a la custodia.
«Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio», sostiene Kirchner en una nueva carta publicada mediante la red social Twitter, donde advierte que al fiscal fallecido le proporcionaron datos falsos para la denuncia de encubrimiento.

La Presidente pidió «mucha protección al Sr. Lagomarsino», el colaborador de Nisman que le llevó el arma calibre 22 con el que se habría disparado y sostuvo que «resulta muy conveniente que se ordenen sumarios e investigaciones lo más rápidamente posible» sobre los policías federales que custodiaban a Nisman.

En fragmentos previos a la extensa carta, Cristina Kirchner había afirmado que «a esta altura los interrogantes que planteaba el 19 [en su primera carta sobre el tema], se van convirtiendo en certezas, igual que cuando se avanzaba en la investigación de la causa AMIA».

«La denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidente, a su Canciller [Héctor Timerman] y al Secretario General de La Cámpora [Andrés Larroque, además del ex piquetero Luis D’Elía y el líder de Quebracho, Fernando Esteche] de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la AMIA», afirma la Presidente.

«El estrépito de la denuncia, sumado al marco internacional por lo sucedido en Francia, que aún sin pruebas ni sustento, plagada de información «plantada», quedaba sepultada por la muerte del Fiscal. Eso sí, bajo la forma de aparente suicidio», continúa la hipótesis de la Presidente. «Recurso que ya ha sido utilizado en muchos casos tristemente célebres. Quiero recordar uno en especial para retomarlo más adelante, el de Lourdes Di Natale quién se «suicidara» tirándose por un balcón», completa.

«Al Fiscal Nisman no lo hacen volver sólo para denunciar algo que sabían no tenía sustento y que no podía perdurar. Cuando la periodista Sandra Russo analiza el caso en Página 12 bajo el título «El truco de la confusión» y afirma: «Quisieron usar vivo a Nisman y ahora lo usarán muerto», se equivoca -sigue el contundente texto-. Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible».

Entre los «nuevos interrogantes» que deja entrever a lo largo de su extensa carta, Cristina se pregunta:

– «¿Por qué habría de suicidarse alguien que escribe un mensaje en su chat como el que escribe el Fiscal Nisman cuando explica a un grupo cerrado de amigos su regreso intempestivo al país? En un tono casi épico, reflejando que venía a cumplir una tarea «para la que se había preparado pero no se la imaginaba tan pronto»».

– «¿Por qué se iba a suicidar alguien que en su chat explica que la tenía pensada [a la denuncia] hace tiempo pero que la había tenido que adelantar? ¿Tal vez lo hicieron venir por lo ocurrido en Francia? ¿O estaba pensada para la campaña presidencial? ¿O tal vez se adelantó por los cambios efectuados en la Secretaría de Inteligencia?».

– «¿Por qué se iba a suicidar si no sabía que era falsa la información que estaba en el informe? Estas respuestas seguramente las podrán dar quienes lo convencieron de que tenía en sus manos la denuncia del siglo proporcionándole datos falsos».

– «¿Por qué se iba a suicidar alguien que siendo fiscal gozaba, él y su familia, de una excelente calidad de vida?».

– «¿Por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el Fiscal tiene registradas dos armas a su nombre en el Renar?».

– «¿Cómo se permitió el ingreso al lugar donde estaba el cuerpo del Fiscal Nisman a un médico privado de una obra social antes de dar cuenta al Juez, a sus superiores, a los forenses?».

Al comienzo de la misiva, la presidente Cristina Kirchner destaca la portada de la edición del miércoles del diario en inglés Buenos Aires Herald, que llevó en su tapa «con precisión quirúrgica, o tal vez lingüística» -según la mandataria- el título «Nada nuevo. El reporte de Nisman fracasa en avivar las llamas de conspiración».

A partir de esa portada, en la que aparece de fondo un facsímil de la denuncia de Nisman, Cristina analiza: «Fracaso y conspiración, dos palabras que si hubiera utilizado ésta Presidente sería objeto de las peores críticas. Creo que nadie podrá acusar al periódico de habla inglesa de ser un medio afín o cooptado por el Gobierno». A continuación, la jefa de Estado pondera también dos notas de la edición del miércoles del diario cercano a la Casa Rosada, Página/12.

«Bueno Aires Herald, Página 12 y otros medios (no quiero ser injusta con nadie), derribaron como un castillo de naipes lo que fue presentado como «la denuncia del siglo»», continúa la Presidente, quien agrega que «una rápida lectura de la denuncia publicada en el CIJ (…) no hizo más que confirmar mis peores sospechas».

La Presidente dedica un momento para aclarar que hasta el momento escribió sólo una carta, publicada en principio en su página de Facebook, sobre la muerte de Nisman. «Esta es la segunda y con motivo, precisamente, de haber conocido finalmente el texto de la denuncia, al igual que el resto de los argentinos. Saludable signo democrático. La Presidente denunciada se entera al mismo tiempo que el restos de los 40 millones que tiene la responsabilidad de representar», señala.

Entonces, respecto de sus «peores sospechas», la Presidente sigue la línea que mantuvo hasta el momento el oficialismo con respecto de la denuncia de Nisman: «Nada nuevo» y «Al informe de Nisman le «plantaron» información falsa». En ese sentido, se suma a la afirmación del titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, al afirmar que «Ramón Allan Héctor Bogado y Héctor Yrimia, NUNCA habían pertenecido a la Secretaría de Inteligencia, bajo ningún carácter [sic]».

«En síntesis, la acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que constituye un verdadero escándalo político y jurídico», sentencia más adelante la Presidente. «Y ahí está una de las claves. El Fiscal Nisman no sabía que los agentes de inteligencia que él denunciaba como tales, no lo eran. Mucho menos que uno de ellos había sido denunciado por el propio Stiusso [por «tráfico de influencia» y «extorsión», según explica en otro fragmento de la carta]», señala.

«Tampoco investigó, fuera de las escuchas que le suministraba Stiusso, al ciudadano Jorge Alejandro Khalil», el agente iraní que formó parte del entramado denunciado por Nisman.

FUENTE ADN

 

Sergio Stadius

Periodista en Gremios, Política. y Medios UBA - Ex jefe de Prensa del IRAM. Director Hurlingham en Movimiento y de Revista Líder.

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