Política

Legislatura Porteña: Insultos, gritos y … ¡ cosa golda!

Insultos, gritos, forcejeos, corridas y acusaciones entre empujones. Si algo le faltaba a la comisión investigadora que intenta dilucidar la responsabilidad política de Mauricio Macri en la causa de las escuchas ilegales era tener que suspender una de sus audiencias en medio del caos y el desorden, con diputados gritándose improperios, camarógrafos empujándose con personal de seguridad y asesores corriendo para no quedar en medio de la trifulca.

Trifulca en la legislatura porteña.

Y fue eso, precisamente, lo que ocurrió ayer cuando finalizaba la declaración testimonial de Sergio Burstein, familiar de una víctima del atentado contra la AMIA y testimonio clave en la causa judicial en la que está procesado el jefe de gobierno porteño.

Luego de escuchar a su joven hija Glenda y a su esposa, Beatriz Viotti, receptoras de la llamada anónima que dio origen a la causa de las escuchas, Burstein reiteró que considera a Macri la persona que lo mandó espiar, lo denominó en repetidas ocasiones como «el mentiroso procesado» y lo culpó por la designación al frente de la Policía Metropolitana de Jorge Fino Palacios, a quien denominó «el Astiz de los familiares» de las víctimas de la AMIA.

De todos modos, y luego de más de horas de duro interrogatorio encabezado por los diputados de Pro, Burstein se rehusó en malos términos a explicar su modo de vida (uno de los caballitos de batalla del cuestionario macrista durante toda la tarde), al tiempo que reconoció que tuvo acceso en su propio domicilio a la desgrabación de las escuchas ilegales de las que fue víctima por parte del espía Ciro James, información hasta ahora desconocida por los diputados, pero a la que Burstein podría acceder por ser querellante en la causa de las escuchas.

Un rato antes, Glenda Burstein detalló la llamada anónima que dio origen a la causa de las escuchas. «Me dijeron que Fino Palacios le pinchaba el teléfono a mi papá. Lo llamé y él se encargó de todo», contestó la joven. Desde Pro, Martín Borrelli y Fernando de Andreis cuestionaron que «en menos de media hora» (tal como lo definió la adolescente) un móvil policial llegó a su casa para tomarle la denuncia. Un rato más tarde, su padre corroboró que él mismo, desde Nueva York, inició los contactos para que el juez de turno les tomara declaración.

Burstein centró su testimonio en sus críticas a Palacios: «En un principio -detalló- nos ayudó mucho, pero luego nos desilusionó.» Cuando Pro le empezó a cuestionar por la inexistencia de datos sobre su profesión, Burstein se negó a contestar. «No hablo de mi vida privada, si me querés querellar, hacelo», le dijo al macrista Martín Ocampo mientras lo miraba fijo a los ojos. Pro también le cuestionó que no apelara ante al juez Norberto Oyarbide el sobreseimiento dictado al ex ministro Mariano Narodowski (Educación) y el actual titular de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro. «Tengo que estar seguro de que fueron culpables», se defendió.

A su turno, Eduardo Epszteyn (ibarrismo) y Gabriela Cerrutti cuestionaron que el macrismo «trata a la víctima como si fuera un victimario». El tono se levantó en un cruce entre Borrelli y Marcelo Parrilli, continuó con insultos entre Ritondo y Cerrutti, y terminó con golpes y corridas cuando camarógrafos intentaban reportear a Burstein en un rincón del salón y agentes de seguridad les cerraron el paso. El presidente de la comisión, Martín Hourest, decidió suspender la declaración de Burstein hasta el viernes próximo.En Bolívar 1 evaluaban como positiva la jornada. Creían haber «desacreditado» a Burstein y ganado más tiempo. El resto de los testigos que hablaron ayer (Rodrigo Blas Velazco, Susana Beatriz Saint Porres, Francisco Castex) habían desligado al jefe de gobierno de las escuchas ilegales antes de que los insultos y las acusaciones cruzadas volvieran a copar la escena.(fuente: La Nación/ textual)

Sergio Stadius

Periodista en Gremios, Política. y Medios UBA - Ex jefe de Prensa del IRAM. Director Hurlingham en Movimiento y de Revista Líder.

Deja un comentario